Muévete sin exigencias, solo por placer

Sonia Baños

Durante demasiado tiempo, muchas mujeres hemos vivido el ejercicio desde la exigencia. Hacer deporte para quemar calorías, para tonificar, para cumplir con una meta o compensar un exceso. Nos enseñaron a mirar el cuerpo como un proyecto que siempre debía mejorar, no como un lugar que habitar. Pero algo está cambiando: cada vez más mujeres eligen moverse desde otro sitio, más amable y más consciente. Moverse no para exigirse, sino para sentirse vivas.

15/10/2025

Moverse sin meta, pero con sentido El bienestar no depende de batir récords ni de marcar objetivos. A veces basta con pequeños gestos que devuelven presencia: estirarte al despertar, bailar en casa, caminar al ritmo de tu respiración o practicar unos minutos de yoga. El cuerpo no necesita competencia, necesita atención. Cuando ...

Moverse sin meta, pero con sentido

El bienestar no depende de batir récords ni de marcar objetivos. A veces basta con pequeños gestos que devuelven presencia: estirarte al despertar, bailar en casa, caminar al ritmo de tu respiración o practicar unos minutos de yoga. El cuerpo no necesita competencia, necesita atención.

Cuando el movimiento se libera de la presión, deja de ser una tarea y se convierte en un acto de placer. Es una forma de expresión, de conexión y, muchas veces, de sanación emocional. En lugar de castigarte por no cumplir con una rutina estricta, permítete moverte según lo que el cuerpo pida ese día: quizás fuerza, quizás descanso. La clave está en escucharte.

El movimiento consciente -ya sea yoga, danza, pilates o simplemente caminar sin prisa- ayuda a reconectar con las sensaciones físicas y emocionales. Es una manera de recordar que la salud no se mide en cifras, sino en cómo te sientes dentro de ti.

Del esfuerzo a cuidarse

A menudo nos movemos desde el "tengo que" en lugar del "quiero". Pero el verdadero bienestar comienza cuando cambiamos esa mirada. El ejercicio no debería ser un castigo ni una obligación, sino una muestra de cariño hacia tu cuerpo.

Empieza con lo que te haga sentir bien. Si te relaja nadar, busca el agua. Si te llena de energía bailar, hazlo sin preocuparte de cómo se ve. Si caminar te despeja, sal sin auriculares y deja que el cuerpo marque el ritmo. No hay un único método ni un cuerpo perfecto: hay una forma única y personal de habitarte.

Cuando dejas de compararte y dejas que el movimiento fluya, desaparece la culpa. Ya no importa cuánto haces, sino cómo te hace sentir. Y ese cambio lo transforma todo.

Recuperar el placer del cuerpo aquí y ahora

El cuerpo guarda memoria. Si lo llenamos de exigencias, dietas imposibles o rutinas forzadas, termina por desconectarse. Volver a moverte desde el placer es una reconciliación. Es volver a escucharte y a confiar en tus propias sensaciones.

Un paseo sin destino, unos estiramientos suaves antes de dormir o una coreografía improvisada en el salón pueden tener más poder terapéutico que una hora de entrenamiento sin ganas. Porque el cuerpo, cuando se siente escuchado, responde con calma, equilibrio y gratitud.

El cuerpo como casa, no como proyecto

El movimiento no es solo físico, también es emocional. Cada respiración, cada paso y cada pausa son recordatorios de que estás viva. No necesitas moldearte, solo reconocerte.

En esvivir.com te invitamos a moverte sin meta, sin juicio y sin exigencia. A disfrutar del cuerpo como tu casa, no como una lista de tareas pendientes. Porque cuando dejas de luchar contra él, descubres que siempre fue suficiente. Solo necesitaba que lo miraras con amabilidad.

 

 

El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres
Reto 30 días para transformar tu vida sin azúcar y sin redes sociales

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy