"Después de los 40 tienes que tomar colágeno, magnesio, omega 3, probióticos… o tu cuerpo se viene abajo". Seguro que te suena. "Y claro, entre la publicidad, las influencers y las amigas del grupo del cole, acabas pensando que si no tomas suplementos, algo estás haciendo mal. Pero como farmacéutica, ...
"Después de los 40 tienes que tomar colágeno, magnesio, omega 3, probióticos… o tu cuerpo se viene abajo". Seguro que te suena. "Y claro, entre la publicidad, las influencers y las amigas del grupo del cole, acabas pensando que si no tomas suplementos, algo estás haciendo mal. Pero como farmacéutica, te lo digo claro: no, amiga", cuenta a EsVivir Aina Salom (@ainasalomfarma), farmacéutica experta en cosmética y cuidado de la piel.
La especialista lo deja muy claro. "Cumplir 40 no significa que tu cuerpo de repente necesite un arsenal de cápsulas para seguir funcionando". "La base de tu salud (y también de tu piel) no está en los suplementos, sino en tres pilares mucho más simples (y gratuitos): alimentación, movimiento y bienestar emocional", remarca Salom.
"Ningún suplemento puede compensar una dieta pobre", apunta al respecto la farmacéutica. Al contrario, "si tu alimentación está llena de productos ultraprocesados, azúcares y grasas de mala calidad, da igual cuántos comprimidos tomes: tu cuerpo seguirá funcionando con un 'combustible' de baja calidad", advierte.
En cambio, continúa explicando, "cuando comes comida real (frutas, verduras, legumbres, proteínas de calidad, grasas buenas) estás aportando a tu organismo lo que realmente necesita para fabricar sus propias defensas, mantener tu piel firme y tener energía real (no la que promete un bote)".
"Sí, de fuerza. A partir de los 40, perdemos masa muscular y densidad ósea de forma natural, y eso influye tanto en la salud como en la firmeza de la piel", subraya Aina Salom. Por eso, además de caminar o moverte cada día, considera fundamental incorporar ejercicios que trabajen tus músculos: pesas, bandas elásticas, pilates o incluso tu propio peso corporal.
El ejercicio de fuerza no solo te hace más fuerte, sino que "activa tu metabolismo, mejora tu postura, disminuye la flacidez y estimula la producción natural de colágeno". En otras palabras, "el mejor 'colágeno' que puedes darle a tu piel está en tus músculos", incide la experta.
Por otro lado, la farmacéutica advierte que "el estrés crónico es uno de los grandes ladrones de salud y belleza a partir de los 40. Dormir mal, no tener tiempo para ti, vivir corriendo… todo eso se nota en tu piel más que cualquier falta de vitamina".
Bajo su criterio, "dedicarte tiempo (aunque sea 10 minutos al día) para desconectar, meditar, leer o simplemente no hacer nada, es una inversión". "Porque una mujer tranquila y conectada consigo misma se nota hasta en el espejo", esgrime la farmacéutica.
Si aún así piensas en suplementarte, su consejo farmacéutico tiene dos vertientes. "Haz primero una analítica completa, para ver si realmente hay carencias, y contacta con un experto en suplementación, que pueda guiarte según tus resultados y necesidades reales".
Y, además, algunos consejos generales que siempre funcionan: "mantén hidratación adecuada, es básica para salud y piel; duerme suficiente, tu cuerpo y tu piel se regeneran mientras descansas; evita el tabaco y modera el alcohol, que aceleran el envejecimiento; y no caigas en 'modas' de cápsulas milagro, los suplementos son apoyo, no base". "Cuando hay carencias reales o etapas donde el cuerpo necesita un extra, ahí sí: un buen colágeno, omega 3 o probiótico puede marcar la diferencia. Pero nunca olvides que ningún suplemento sustituye los hábitos", remarca.
En suma, "lo que haces cada día, esas cosas simples y gratuitas, son tus verdaderos 'suplementos esenciales': comer bien, hacer fuerza y cuidar de ti"