El calzado barefoot, también conocido como calzado minimalista, está diseñado para ofrecer una experiencia similar a caminar descalzo. Y, aunque caminar descalzo es lo "normal" para gran parte de la historia humana, el calzado especializado de tipo barefoot como lo conocemos hoy no viene de hace siglos, al menos no ...
El calzado barefoot, también conocido como calzado minimalista, está diseñado para ofrecer una experiencia similar a caminar descalzo. Y, aunque caminar descalzo es lo "normal" para gran parte de la historia humana, el calzado especializado de tipo barefoot como lo conocemos hoy no viene de hace siglos, al menos no en su forma moderna.
Por ejemplo, el calzado minimalista ganó impulso en el mundo del running y el "natural movement" hace unas décadas. Además, hoy día, el calzado barefoot deja de ser sólo algo saludable y beneficioso para tus pies para convertirse también en puro estilo y estética.
Hacer la transición del calzado convencional al barefoot no siempre es tan sencillo como parece. Este proceso es un viaje que requiere tiempo, paciencia y atención a cómo responde tu cuerpo. El cambio de un calzado tradicional a uno barefoot se recomienda que se haga de forma gradual. Si intentas usar calzado barefoot durante todo el día desde el principio, podrías experimentar molestias, especialmente en áreas como el tendón de Aquiles, los arcos plantares o los tobillos.
En 2025, el barefoot ya no es un concepto desconocido ni una moda pasajera. El minimalismo, la slow fashion y el consumo responsable han dado paso a un nuevo concepto de elegancia: la que no sacrifica la salud por la estética. Claro, no es sólo "guay porque hace sentir libre al pie", hay varios argumentos serios que apoyan este tipo de calzado.
La mayor parte de los zapatos convencionales tienen el talón acolchado para mejorar la amortiguación de la pisada y que andar sea más confortable. Sin embargo, esto genera una variación en la posición del conjunto del cuerpo que puede incluso provocar problemas de columna. El diseño "zero-drop" hace que no haya esa inclinación forzada hacia el talón de muchos zapatos convencionales.
Esto ayuda a que los movimientos entre pies, tobillos, rodillos y cadera sean más naturales. También llevarás los pies mucho más cómodos y anchos, y con eso este tipo de zapatillas o zapatos evitan esa sensación de llevar los dedos amontonados.
Cuando usas zapatos con mucho soporte, amortiguación, arco prefabricado, etc., tus músculos del pie tienden a "descansar". Con el calzado barefoot, esos músculos se activan más: se fortalecen la musculatura intrínseca del pie, los tendones, la fascia plantar… Con un uso regular, vas a notar como disminuyen las molestias al caminar, tienes una mejor respuesta muscular, etc.
Una suela más fina permite que tus pies "sientan" más el terreno, lo que mejora la capacidad de detectar la posición del cuerpo y el equilibrio. Te servirá para caminar mejor, pero también para moverte con más seguridad.
Por ejemplo: al permitir que los dedos tengan espacio para "abrirse" en lugar de estar aplastados, se pueden evitar ciertos problemas como juanetes o dedos en garra. Además, un patrón de pisada más "natural" reduce el impacto en articulaciones como rodillas y caderas.
Más allá de la biomecánica, muchos ven el calzado barefoot como un símbolo de volver a lo esencial, de "menos artificio", de "mi cuerpo lo puede hacer". Algunos lo combinan con estilos de vida salud, donde prima el bienestar consciente.