La palabra proviene de la unión de share (compartir) y parenting (crianza), y hace referencia a la tendencia de madres, padres o tutores a publicar de forma frecuente fotos, vídeos e información personal de sus hijos en internet. Aunque suele hacerse con las mejores intenciones, presumir de sus avances, inmortalizar ...
La palabra proviene de la unión de share (compartir) y parenting (crianza), y hace referencia a la tendencia de madres, padres o tutores a publicar de forma frecuente fotos, vídeos e información personal de sus hijos en internet. Aunque suele hacerse con las mejores intenciones, presumir de sus avances, inmortalizar recuerdos, mantener informada a la familia, lo cierto es que el sharenting puede tener riesgos reales para la privacidad y seguridad de los menores.
¿Por qué el sharenting puede ser un problema?
En una era donde lo digital parece eterno, lo que compartimos puede tener consecuencias a largo plazo. Algunas desventajas importantes son:
- Pérdida de privacidad: Muchas veces no somos conscientes de la cantidad de datos que desvelamos sin querer: nombre del niño, colegio, ubicación, rutinas, aficiones… Esa información puede ser usada por desconocidos o empresas sin nuestro control.
- Exposición a riesgos de seguridad: Publicar en tiempo real dónde está nuestro hijo, o detalles sobre sus actividades diarias, puede abrir la puerta a situaciones peligrosas, como suplantación de identidad, acoso o incluso amenazas físicas.
- Huella digital no consentida: Cada publicación crea una parte de la identidad digital del niño, sin que él haya dado permiso o pueda decidir si quiere que esa información esté disponible para siempre. Muchos expertos alertan de que esto podría afectar su autoestima o incluso su vida adulta, desde su vida social hasta procesos laborales.
- Posible uso indebido de las imágenes: Lamentablemente, existe la posibilidad de que fotos inocentes sean utilizadas con fines ilícitos o circulen fuera del control familiar.
- Impacto emocional: Una publicación que hoy parece graciosa, mañana puede convertirse en una fuente de vergüenza para ese niño o adolescente cuando crezca.
Pero no se trata de demonizar las redes sociales, sino de usar el sentido común y proteger la intimidad infantil. Las familias pueden disfrutar de la tecnología sin poner en riesgo a los peques con algunas prácticas responsables.
Consejos para reducir el sharenting y proteger a tus hijos
- Pide su opinión (si ya tienen edad para entenderlo): enséñales la foto y pregúntales si quieren que la subas. Fomenta el respeto por sus emociones y su imagen.
- Evita datos personales identificativos: nada de uniformes escolares, ubicaciones en tiempo real, nombres completos o direcciones.
- Usa controles de privacidad: limita quién puede ver tus publicaciones. Las listas cerradas de amigos o grupos familiares son grandes aliados.
- No publiques fotos íntimas: momentos de baño, rabietas, enfermedades o situaciones vulnerables deben ser privados.
- Valora alternativas: crear álbumes digitales privados, enviar fotos por mensajería segura o imprimir recuerdos son opciones más seguras y significativas.
- Sé consciente del futuro: antes de subir algo, pregúntate: "¿cómo se sentirá mi hijo viendo esto dentro de diez años?"
La infancia es un periodo que merece ser protegido. Parte de nuestra responsabilidad como adultos es guiar a los niños en el uso saludable de la tecnología, y eso empieza mostrando que su imagen y su intimidad tienen valor.
Compartir su vida puede parecer un gesto de amor, pero a veces la mejor forma de cuidarlos es mantener ciertos momentos solo para nosotros, para la familia y para el álbum personal que no necesita likes para ser especial.
En definitiva, el sharenting nos invita a reflexionar: ¿publicamos por ellos o por nosotros? Ser más conscientes no significa dejar de presumir de nuestros hijos, sino hacerlo con respeto, seguridad y cuidado. Porque su historia les pertenece y merecen tener voz en cómo se cuenta.