Cuando estamos ante una situación de estrés debido a la alta carga laboral, la presión de tener que tomar decisiones rápidas, los problemas familiares, las preocupaciones personales o la incertidumbre sobre el futuro o la economía es fundamental visualizar cómo todas estas situaciones en su conjunto pueden hacer que nuestro ...
Cuando estamos ante una situación de estrés debido a la alta carga laboral, la presión de tener que tomar decisiones rápidas, los problemas familiares, las preocupaciones personales o la incertidumbre sobre el futuro o la economía es fundamental visualizar cómo todas estas situaciones en su conjunto pueden hacer que nuestro cuerpo y organismo se resientan a nivel físico y emocional. De este modo, aparecían los dolores de cabeza, el insomnio, el cansancio, la tensión muscular, la falta de concentración o de apetito, los problemas intestinales y la sensación de nerviosismo e irritabilidad irían en aumento. Durante esos momentos buscamos la manera de calmarnos, y la comida puede ser la tabla de salvación para algunos. Es lo que se conoce como hambre emocional, aquella que surge sin previo aviso y nos lleva a consumir alimentos poco recomendables, como los procesados, de consumo rápido o con altas calorías. En ese instante nos hacen sentir bien, pero luego suelen aparecer los remordimientos. Asimismo, un estudio realizado por Cigna Healthcare España ha analizado los 'Hábitos alimentarios en el entorno laboral' y revela que un porcentaje alto de los trabajadores (67%) ve en la alimentación un remedio para calmar sus episodios de ansiedad y estrés. A su vez, un 25% de los encuestados asegura que "improvisa sus comidas a diario, lo que le lleva a elecciones poco saludables". En cambio, los que tienen la oportunidad de teletrabajar pueden ejercer un mayor control sobre lo que comen: "El 59,8 % de las personas que teletrabajan dice haber mejorado su dieta, especialmente gracias al acceso a una cocina propia y a más tiempo para planificar", tal y como se expone en el informe. Sin embargo, no todo son ventajas, puesto que casi la mitad de los participantes en la muestra, señala que "pica más entre horas desde que teletrabaja", una práctica especialmente más recurrente entre los menos de 35 años (62%).
Por otra parte, no tener tiempo para poder preparar los menús con antelación, la búsqueda de alternativas más económicas y rápidas tampoco ayudan a la hora de llevar un estilo de vida más saludable durante la jornada laboral. Si a esto le sumamos que en algunas empresas que ofrecen un menú semanal las opciones que se contemplan no son muy saludables, tampoco ayuda mucho. Tan solo un 24% de los trabajadores asegura que "tiene acceso a opciones saludables como menús equilibrados", indican. De este modo, una gran parte de los usuarios coinciden en que desde las compañías se debería contar con más flexibilidad horaria, disponer de tiempo de calidad para comer, tener acceso a agua potable y gratuita. También los hay que valoran de forma positiva que se impartan "talleres o charlas de nutrición, el acceso a nutricionistas y a snacks saludables", según recoge el estudio 'Hábitos alimentarios en el entorno laboral'.
Cuando la alimentación está reñida con el descanso
Otro de los aspectos en los que se centra la investigación es la relación que existe entre los hábitos alimentarios y el descanso nocturno. Más del 60% de los empleados es consciente de que lo que come tiene un impacto directo en la calidad del sueño. Un 44,1% indica que llevar una dieta equilibrada es sinónimo de un buen descanso, mientras que un 20% manifiesta que sus pautas alimenticias interfieren de manera negativa en cómo duermen.
En este sentido, sería aconsejable realizar ejercicio de manera frecuente para fortalecer los músculos, mejorar la movilidad y activar la circulación, así como participar en actividades que nos relajen o distraigan (yoga, pilates, meditación, cursos de pintura o cerámica, etc.). También es beneficioso reducir el consumo de café y de bebidas carbonatadas, optar por la ingesta de productos de temporada, limitar el consumo de azúcar e introducir en la dieta alimentos que nos ayuden a estar en calma, como los garbanzos, los arándanos, los ajos, las almendras o especias como la cúrcuma, tal y como enumeran en la web de tucanaldesalud.com.
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