Hongos en las uñas: señales silenciosas que no debes ignorar

Ángela Zorrilla

La salud de las uñas, a menudo relegada a un plano estético, es un indicador fundamental del bienestar general. Sin embargo, existe una afección persistente y extendida que compromete su integridad: la onicomicosis, conocida popularmente como hongos en las uñas. 

23/11/2025

La onicomicosis constituye una afección frecuente que genera un notable impacto psicológico y estético en los pacientes, evidenciado por sentimientos de preocupación y frustración. Por ello, se considera esencial desgranar qué es exactamente la onicomicosis o uñas con hongos, cómo se manifiestan y, lo más importante, cuáles son las estrategias ...

La onicomicosis constituye una afección frecuente que genera un notable impacto psicológico y estético en los pacientes, evidenciado por sentimientos de preocupación y frustración. Por ello, se considera esencial desgranar qué es exactamente la onicomicosis o uñas con hongos, cómo se manifiestan y, lo más importante, cuáles son las estrategias profesionales más efectivas para su erradicación.

Entendiendo al adversario: ¿qué es la onicomicosis?

La onicomicosis es una infección fúngica que afecta a las uñas, generalmente de los pies, aunque también puede manifestarse en las manos. Los principales culpables de esta invasión son los hongos dermatofitos, aunque en ocasiones pueden estar implicadas levaduras como la Candida o mohos no dermatofíticos.

Estos microorganismos son oportunistas por naturaleza, proliferando en ambientes cálidos y húmedos. La uña, compuesta principalmente de queratina, se convierte en el huésped perfecto para su desarrollo.

Si no se aborda adecuadamente, la infección tiende a extenderse, comprometiendo toda la placa ungueal, el lecho ungueal e incluso pudiendo contagiarse a otras uñas o a la piel circundante (desencadenando, por ejemplo, pie de atleta).

Las señales de alarma: síntomas y diagnóstico

Para el especialista, el diagnóstico precoz es crucial. Los pacientes suelen llegar al consultorio reportando cambios visibles que, a menudo, han ignorado en sus etapas iniciales. Los síntomas más comunes que el especialista identifica incluyen:

  1. Decoloración: La uña puede volverse amarillenta, blanquecina, marrón o, en casos avanzados, incluso verdosa o negruzca. Este cambio de color es uno de los primeros indicadores de la presencia fúngica.
  2. Engrosamiento (hipertrofia): La placa ungueal se vuelve gruesa, áspera y difícil de cortar. Este engrosamiento se debe a la acumulación de detritos de queratina bajo la uña, producto de la acción del hongo.
  3. Fragilidad y desmoronamiento: La uña se vuelve quebradiza y sus bordes pueden desmoronarse o romperse con facilidad.
  4. Separación del lecho ungueal (onicólisis): En etapas más avanzadas, la uña puede separarse del tejido subyacente, creando un espacio por donde la infección puede profundizar.
  5. Deformidad: La uña puede adquirir formas irregulares o curvaturas anómalas, lo cual puede generar dolor o molestias al caminar o al usar calzado.

El diagnóstico definitivo por parte del especialista no se basa únicamente en la inspección visual. Es imprescindible realizar una toma de muestra (raspado de la uña) para su posterior análisis microscópico y cultivo.

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