El placer de estar sola en casa

Sonia Baños

En esvivir.com te contamos cómo disfrutar de estar sola en casa y convertirlo en un ritual de bienestar (sin sentirte antisocial por ello).

21/11/2025

Hay momentos en los que el silencio se siente como un lujo. La casa vacía, sin ruidos, sin interrupciones, sin nadie preguntando "¿qué hay para cenar?". Solo tú, tu espacio y un tiempo que, por una vez, no tienes que compartir. Y lejos de ser algo aburrido, puede convertirse en ...

Hay momentos en los que el silencio se siente como un lujo. La casa vacía, sin ruidos, sin interrupciones, sin nadie preguntando "¿qué hay para cenar?". Solo tú, tu espacio y un tiempo que, por una vez, no tienes que compartir. Y lejos de ser algo aburrido, puede convertirse en uno de los mayores placeres de la vida moderna. 

La soledad elegida no es soledad, es libertad

Durante años se nos hizo creer que estar solas era sinónimo de tristeza. Pero no es lo mismo estar sola que sentirse sola. La soledad elegida es un espacio de calma, de intimidad y de reencuentro contigo misma. Es ese momento en el que puedes hacer las cosas a tu manera, sin mirar el reloj ni dar explicaciones a nadie.

Tener tiempo para ti no es egoísmo: es autocuidado. Cuando aprendes a disfrutarlo, lo esperas con la misma ilusión con la que esperas una escapada.

Qué hacer cuando tienes la casa solo para ti

Desconecta (de verdad)
Apaga el móvil o ponlo en modo avión. No necesitas estar disponible todo el tiempo. Disfruta del silencio, de no responder mensajes y de moverte a tu ritmo sin interrupciones.

Crea tu pequeño ritual
Puede ser prepararte un desayuno especial, darte un baño largo, leer ese libro que siempre pospones o escuchar un podcast sin multitarea. La clave es que lo hagas solo para ti, sin prisas.

Reorganiza tu espacio
No por obligación, sino por placer. Cambiar un mueble de sitio, ordenar una estantería o encender una vela transforma la energía de la casa… y también la tuya.

Cocina solo para ti
Incluso si es algo sencillo. Comer sola no es triste; puede ser una forma preciosa de mimarte. Saca tu vajilla favorita y convierte tu cena en una pequeña celebración personal.

Baila o canta sin miedo al ridículo
Nadie te ve, nadie te juzga. Suelta el cuerpo, pon tu música favorita y deja que la energía fluya. A veces una canción a todo volumen cambia el ánimo más que cualquier terapia.

Haz nada (literalmente)
Sí, nada. Tumbarte en el sofá, mirar por la ventana, estar en pijama todo el día o ver tu serie favorita sin culpa. La pausa también alimenta.

Aprender a disfrutar del silencio

La tranquilidad de una casa vacía tiene algo casi terapéutico. Te permite escucharte, conectar contigo y recargar energía. En un mundo que nos empuja a estar siempre acompañadas o conectadas, saber estar sola es un auténtico superpoder.

Empieza poco a poco: apaga la televisión, respira hondo y escucha el sonido de tu propia casa. Te sorprenderá la calma que aparece cuando no hay nadie más, y tampoco hace falta.

Estar sola también es una forma de cuidarte

Disfrutar de la soledad no significa aislarse, sino elegir momentos de paz para reconectar contigo. Así que la próxima vez que todos salgan y te quedes sola, no digas "por fin un rato tranquila"… di "por fin un rato conmigo".



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