Salutismo, la tendencia que convierte la salud en un estilo de vida

J.Lizcano

En los últimos años, el término salutismo ha empezado a aparecer en entrevistas, artículos, anuncios y conversaciones habituales, pero no siempre está claro qué significa.

22/11/2025

A grandes rasgos, el salutismo es una corriente cultural que coloca la salud en el centro de la vida, no solo como una condición física, sino como un proyecto continuo de mejora. No se trata únicamente de evitar enfermedades, sino de perseguir una versión optimizada de uno mismo: más fuerte, ...

A grandes rasgos, el salutismo es una corriente cultural que coloca la salud en el centro de la vida, no solo como una condición física, sino como un proyecto continuo de mejora. No se trata únicamente de evitar enfermedades, sino de perseguir una versión optimizada de uno mismo: más fuerte, más equilibrado, más consciente, más eficiente.

El salutismo se ha convertido en una especie de brújula personal que guía decisiones diarias: qué comer, cómo entrenar, qué productos comprar, a qué hora dormir o incluso qué contenidos consumir. Es, en cierto modo, una filosofía de vida basada en la convicción de que el bienestar no es un estado, sino un camino.

¿Por qué está tan de moda?

La popularidad del salutismo no es casual. Surge en un contexto en el que la incertidumbre, el estrés y la sobrecarga mental forman parte del paisaje cotidiano. En un mundo acelerado, donde muchas variables escapan a nuestro control, la salud aparece como algo que -al menos teóricamente- sí podemos gestionar. Cuidarse se convierte entonces en un acto de refugio, autodominio y autoprotección.

A esto se suma el papel amplificador de las redes sociales. Hoy, el bienestar tiene estética propia: desayunos fotogénicos, rutinas matinales minimalistas, vídeos de meditación guiada, cuerpos tonificados y mensajes motivacionales. El algoritmo premia todo lo que se asocie con calma, equilibrio y superación personal, creando un imaginario que invita a imitarlos. No es casual que hashtags como #selfcare o #healthyhabits acumulen miles de millones de visualizaciones.

El negocio del bienestar: un motor silencioso

Otra razón detrás del auge del salutismo es el crecimiento imparable de la industria del bienestar. Relojes inteligentes que monitorizan el sueño, suplementos "personalizados", apps de respiración, planes detox, sesiones de coaching holístico, cursos de productividad mindful… El bienestar se ha convertido en un mercado gigantesco que ofrece soluciones para cada minuto del día.

Este ecosistema comercial no solo promueve productos, sino también narrativas: la idea de que siempre podemos -y debemos- mejorar. El salutismo, así, se alimenta de la promesa de optimización constante.

En qué consiste vivir de forma salutista

Ser salutista implica adoptar una rutina que prioriza el autocuidado. No se trata de un único hábito, sino de un conjunto de prácticas que se entrelazan:

Alimentación basada en ingredientes frescos y equilibrados.

- Ejercicio regular, desde running hasta disciplinas de bajo impacto como el yoga o el pilates.

- Descanso estructurado, con horarios constantes y rituales de desconexión.

- Actividades diarias bienestar mental: meditar, respirar, escribir un diario o practicar mindfulness.

- Monitorización del cuerpo con tecnología: sueño, pasos, frecuencia cardíaca, hidratación…

- Formación continua sobre nutrición, salud hormonal, descanso o psicología.

El salutismo propone un estilo de vida integral que mezcla ciencia, hábitos y autoobservación.

¿Tiene un lado oscuro?

Como todo fenómeno cultural, el salutismo también tiene riesgos. La búsqueda de una salud casi perfecta puede generar presión, culpa o sensación de fracaso. Compararse con los modelos ideales de las redes sociales -muchas veces irreales o filtrados- puede distorsionar expectativas.

Además, este estilo de vida exige tiempo, recursos y energía que no todas las personas tienen, lo cual puede reforzar desigualdades. Y en casos extremos, el salutismo puede derivar en obsesión, control excesivo o conductas como la ortorexia, donde la preocupación por comer "sano" se vuelve patológica.

Aun así, el salutismo no es un enemigo. En su versión equilibrada, puede ser una herramienta para ordenar la vida, reconectar con el cuerpo y cultivar el bienestar real. La clave está en evitar que la salud se vuelva una carrera sin meta y en recordar que cuidarse también implica permitirse descansar, disfrutar y ser flexible.

Al final, el salutismo está de moda porque expresa un deseo profundo de vivir mejor. Bien entendido, puede ayudarnos a construir hábitos sólidos; mal entendido, puede atraparnos en una exigencia infinita. El desafío consiste en abrazar lo primero sin caer en lo segundo.

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