Ortorexia: el lado oculto de la vida healthy

J.Lizcano

La preocupación por comer sano es, en principio, algo positivo. Cada día somos más conscientes de la importancia de una buena alimentación, de leer etiquetas, de apostar por productos frescos y de alejarnos de los ultraprocesados.

24/11/2025

Sin embargo, como ocurre con muchas cosas en la vida, cuando esa búsqueda de "lo saludable" se lleva al extremo puede transformarse en una obsesión perjudicial. Ahí es donde aparece la ortorexia, un trastorno del comportamiento alimentario todavía poco conocido, pero cada vez más presente, especialmente entre mujeres jóvenes. La ortorexia ...

Sin embargo, como ocurre con muchas cosas en la vida, cuando esa búsqueda de "lo saludable" se lleva al extremo puede transformarse en una obsesión perjudicial. Ahí es donde aparece la ortorexia, un trastorno del comportamiento alimentario todavía poco conocido, pero cada vez más presente, especialmente entre mujeres jóvenes.

La ortorexia no está oficialmente reconocida en todos los manuales clínicos, pero es un fenómeno real que profesionales de la salud mental están viendo con creciente frecuencia. A grandes rasgos, consiste en una obsesión patológica por comer de la forma más sana, pura o "perfecta" posible. No se trata de adelgazar (como en la anorexia), sino de controlar estrictamente la calidad de los alimentos hasta el punto de que la vida social, emocional e incluso física se ve afectada.

¿Cómo empieza la ortorexia?

Suele comenzar de manera inocente: querer reducir azúcares, comer más frutas y verduras, evitar alimentos procesados… Todo parece razonable. Pero poco a poco esa motivación sana puede convertirse en un rigor extremo, donde cualquier alimento que no cumpla ciertos criterios se percibe como peligroso. Quien la padece empieza a crear reglas cada vez más estrictas: nada con aditivos, nada con gluten sin ser celíaco, nada que no sea ecológico, nada que no haya sido preparado de forma "perfecta".

Lo que al principio es una preferencia se transforma en un sistema rígido que genera ansiedad si no se puede cumplir. Salir a comer fuera, aceptar una cena preparada por alguien más o incluso improvisar una comida se vuelve casi imposible.

Lo más complejo es que, desde fuera, puede confundirse con alguien simplemente "muy saludable", y desde dentro puede parecer que se está haciendo lo correcto. Por eso es un trastorno tan difícil de detectar a tiempo.

¿Por qué afecta especialmente a las mujeres?

Aunque la ortorexia puede aparecer en cualquier persona, diversos estudios y observaciones clínicas señalan que afecta con especial intensidad a mujeres, especialmente entre los 18 y los 35 años. Las razones son múltiples: presión social sobre el aspecto físico, idealización del "estilo de vida wellness", influencia de redes sociales, comparaciones constantes e incluso la creencia de que la mujer debe ser "ejemplar" en sus hábitos.

No podemos ignorar el papel de plataformas como Instagram o TikTok, donde abundan perfiles que muestran vidas aparentemente perfectas, cuerpos impecables y dietas hiperrestrictivas disfrazadas de "vidas saludables". El mensaje es sutil, pero poderoso: si no comes perfecto, no vives perfecto.

La importancia de pedir ayuda

El primer paso es reconocer que algo no marcha bien. Preguntarse: ¿mi manera de comer me da bienestar o me genera ansiedad?, ¿puedo disfrutar de una comida sin sentir culpa?, ¿me está afectando social o emocionalmente?

Si las respuestas apuntan a un problema, lo ideal es buscar la ayuda de un equipo profesional, especialmente psicólogos especializados en conducta alimentaria y nutricionistas que trabajen desde una perspectiva flexible y respetuosa.

La recuperación implica volver a relacionarse con la comida desde la libertad, permitirse el disfrute, entender que la salud también es emocional y que un alimento no determina el valor de una persona.

La ortorexia es un trastorno moderno, alimentado en gran parte por la presión de la cultura del bienestar y la perfección. Hablar de ella, visibilizarla y comprenderla es clave para prevenirla. Comer sano debería ser una fuente de energía y bienestar, no una cárcel invisible. La verdadera salud incluye equilibrio, flexibilidad y, sobre todo, disfrutar sin miedo.

 

Mujer del Mes de Octubre: Neus Moya y su revolución con el calzado respetuoso
El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy