Los componentes químicos activos farmacológicamente son ácidos alcoholes (málico, láctico y cítrico) y ésteres de ácidos fenoles (polifenoles como la cinarina). Sus propiedades farmacológicas se relacionan con dichos principios activos y se manifiestan, principalmente, a nivel hepático. En animales se ha demostrado que la alcachofa aumenta el flujo biliar y ...
Los componentes químicos activos farmacológicamente son ácidos alcoholes (málico, láctico y cítrico) y ésteres de ácidos fenoles (polifenoles como la cinarina). Sus propiedades farmacológicas se relacionan con dichos principios activos y se manifiestan, principalmente, a nivel hepático. En animales se ha demostrado que la alcachofa aumenta el flujo biliar y la excreción biliar del colesterol y tiene actividad hepatoprotectora y reductora de la síntesis endógena de colesterol. Se le reconoce una acción colerética y de eliminación de ácidos biliares por vía fecal y de descenso del colesterol y triglicéridos, asociada a una dieta baja en grasas
Se continúa la investigación de sus propiedades terapéuticas a pesar de que su uso ya se ha generalizado, estando indicada para el tratamiento sintomático de los trastornos digestivos dispépticos: hinchazón epigástrica, náuseas, aerofagia y flatulencia. En España se ha autorizado para tratar trastornos hepatobiliares, hiperlipidemias e hipercolesterolemia, estreñimiento, edemas y como desintoxicante.
En fitoterapia se emplea la droga pulverizada (cápsulas), infusiones, extractos, tinturas, etc., debiendo consultar la dosis a los especialistas. Se comercializa sola o combinada con plantas ricas en mucílago. Han aparecido efectos secundarios relacionados con su consumo: alergias, problemas dermatológicos, edema, hipertiroidismo, vómitos, etc. Además, debe administrarse con precaución a pacientes con cálculos biliares, no prolongando el tratamiento. Si se nota dolor abdominal debe suspenderse el consumo y acudir al médico, siendo necesario hacer recuentos periódicos de transaminasas (sobre todo la GGT) para controlar la adecuada función hepática. Está contraindicado durante la lactancia, en el embarazo y en niños pequeños. No puede sustituir al tratamiento farmacológico prescrito por el médico; los enfermos con hipercolesterolemia que toman estatinas por prescripción médica no pueden sustituirlas con el consumo de alcachofa y deben comunicarle al especialista que la toman.
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Presenta interesantes propiedades nutricionales y no engorda (el 90% es agua y también contiene calcio, fósforo, hierro, potasio, vitaminas A y C y fibra). Aunque es mejor comprarlas frescas, también puedes usar las enlatadas, porque el proceso de elaboración no reduce sus propiedades y te evita el trabajo de prepararlas. Las frescas debes lavarlas bien y remojarlas con vinagre o limón (para que no se pongan negras), cocínalas en trozos grandes, con poca agua y durante poco tiempo.
Puedes consumirlas en crudo (con aceite), cocidas (en agua entre 35 y 45 minutos), al vapor, salteadas (previa cocción para evitar que queden duras), a la brasa y al horno. Hay recetas muy sencillas y fáciles de preparar como:
-Caldo de alcachofa y cebolla; se hierven 2 cebollas y 5 alcachofas en un litro de agua a fuego lento 10 minutos. Se cuela, se pasa a un recipiente y se bebe en el mismo día para aprovechar todas sus vitaminas.
-Revuelto de alcachofas; puedes usar las alcachofas enlatadas (o las cocidas para preparara el caldo anterior), las cuelas, las cortas, las sazonas, las salteas en sartén y añades el huevo batido hasta que cuaje.
-Ensalada con atún, huevo, tomate, cebolla y alcachofas de lata escurridas aliñadas con aceite de oliva, orégano, sal y limón o vinagre.
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