Los problemas crónicos no desaparecen porque llegue la Navidad. Seguimos siendo hipertensos, por ejemplo, o manteniendo unos niveles elevados de colesterol que, con la "dieta navideña" no mejorarán porque lo único que hace es perjudicarlos. Tampoco podemos renunciar a los tratamientos pautados por el especialista para controlar cualquier patología que afecte a nuestro organismo.

En relación con los problemas agudos tampoco entienden de épocas. Cualquiera se puede romper una pierna o padecer una neumonía, por ejemplo, aunque se hayan encendido las luces navideñas en todos los hogares. Por supuesto, es imprescindible acudir al médico en cuanto se produzca una alteración de nuestra salud y seguir los tratamientos pautados por él, aunque no nos parezca el momento adecuado.

Algunas indicaciones a seguir en Navidad según tu salud

Es importante señalar que, si tienes algún problema de salud concreto, debes consultar a tu médico. De manera general, se recomienda:

-Si estás a dieta para adelgazar debes seguir las pautas establecidas por tu nutricionista, beber más agua y aumentar el ejercicio físico para quemar el exceso de calorías ingeridas durante las fiestas te ayudará a mantener tu peso en valores aceptables.

-Si eres diabético debes evitar los hidratos de carbono. No tomes pan, patatas ni pasta, pero sí proteínas (carne, pescado, etc.) o vegetales y no abuses de los productos especiales para diabéticos porque no forman parte de tu dieta habitual.

-Si eres celíaco continúa con tu alimentación específica sin cometer excesos que puedan perjudicarte. Tu organismo no tolera el gluten y no es posible que te siente bien porque ha llegado la Navidad. Encontrarás en el mercado todo tipo de sustitutos que te sentarán bien y te permitirán disfrutar igual que lo hacen los demás.

-Si vas a conducir limita el consumo de alcohol y, si notas que te ha sentado mal, espera a que te pase la sensación antes de coger el coche, pues es muy peligroso conducir en ese estado. Nunca sobrepases las tasas de alcoholemia permitidas porque, además de las multas, estás poniendo en juego tu vida y la de los demás.

- Si sigues un tratamiento farmacológico debes conocer y evitar las interacciones de los principios activos con lo que vas a consumir. No puedes renunciar a su administración porque ha sido pautada por tu médico especialmente para tratar la patología que padeces. Por ejemplo, el alcohol es incompatible con los ansiolíticos o los antidepresivos, por lo que no debes mezclarlos (ni dejar de tomarlos para poder beber). Consulta con tu médico o tu farmacéutico.

Estas indicaciones son generales y no son las únicas que debes seguir, aunque se consideran válidas para los casos señalados. Es importante que mantengas el contacto con tu médico y le consultes todas tus dudas. Es el único que realmente puede darte las indicaciones adecuadas para tu problema particular.