Con un poco de práctica estas pautas nos conducirán inevitablemente, a una alimentación acorde con nuestras necesidades reales:

• Conectar con el propósito de aprender a nutrirnos. No es lo mismo afrontar un cambio desde la perspectiva de aportar, que desde la de prohibir. Vivámoslo como lo que es, un proceso en el que poco a poco, y desde el disfrute de tener como objetivo el "cuidarnos", nos conduzca a nuestra mejor versión.
• Dejar de contar calorías y/o pesar los alimentos y aprender a sentir cuándo comenzamos a estar saciados. Poner foco en el acto de comer y en las sensaciones que estamos experimentando, contribuyen a generar una mayor satisfacción que cuando lo hacemos en modo "automático".
• Aprender a escuchar a nuestro cuerpo. No siempre nos apetece lo mismo y no siempre lo que nos apetece, responde a un hambre real. Saber diferenciar ésta del hambre emocional, es fundamental para no caer en los habituales e innecesarios "atracones" cuyo final siempre es el sentimiento de culpabilidad.
• Llevar un diario de alimentos. Escribir cada día lo que comemos, nos ayuda a darnos cuenta de cuáles pueden ser las desviaciones que están provocando que aumentemos de peso, o simplemente, que no lo perdamos al ritmo adecuado.
• Respirar, respirar y respirar. Detenernos e inhalar profundamente, nos "coloca" en la sensación corporal y nos permite ralentizar las emociones que nos arrastran en momentos de estrés y/o ansiedad, en los que la "necesidad" de recurrir a la comida, actúa como detonante y evasión, de situaciones que no estamos acostumbrados a gestionar.
• Encontrar alternativas saludables a lo que más nos gusta. Existen cientos de recetas e ingredientes que son incluso más apetitosas que las habituales, y que nos permiten disfrutar de nuestros "caprichos" de un modo que no solo sacian nuestra emoción, sino que "nutren" nuestro cuerpo con alimentos vivos y saludables.
• Disciplina. La planificación, el orden y la estructura, son necesarios para afrontar imprevistos que fácilmente utilizaremos como excusa para comer lo que no debemos. Estar preparados para cualquier eventualidad, garantiza el éxito del objetivo.
• Actividad física. Practicar ejercicio acorde a nuestra situación, 30 min al día son suficientes para obtener resultados.

Estas recomendaciones, unidas a otras como la meditación, la atención al momento presente y el aprendizaje de hábitos como el mindful eating, nos permiten experimentar y llevar a la práctica un estilo de vida healthy sostenido en el tiempo, que nos garantice permanecer en nuestro peso.