Body Balance es un nuevo entrenamiento fitness para trabajar el cuerpo y ponernos en forma, al mismo tiempo que nos liberamos del estrés del día a día. Está inspirado en algunos de los programas de ejercicio más demandados, como el pilates, el taichí y el yoga.

Los objetivos de esta nueva rutina de ejercicios se basan en la mejora del equilibrio, la flexibilidad, la relajación, la postura corporal y la tonificación muscular. Se trata de un nuevo sistema de entrenamiento a nivel físico y mental que abarca diferentes grupos musculares, siendo perfecto para aquellos que están hartos de seguir la misma pauta de siempre.

Beneficios del Body Balance

Es perfecta para las personas que buscan un ejercicio moderado, con ánimo de hacerlo de 2 a 3 veces por semana o como complemento para los que también practican otros deportes más intensos. Esta disciplina novedosa lleva a cabo estiramientos y movimientos coreografiados al compás de la música.

El Body Balance fortalece los grupos musculares que guardan relación con el sistema postural, mejorando con ello los problemas articulares y de espalda. La concentración en la respiración es algo importante a tener en cuenta, dando como resultado una mayor relajación.

La concentración y el control del cuerpo terminan siendo algo muy efectivo, por lo que al ejercicio físico hay que añadir la práctica de meditación. Esta disciplina revolucionaria también activa el metabolismo, con lo que conseguimos quemar grasa durante el tiempo que dure la clase.

Además, no existe límite de edad. Cualquier persona puede practicarlo perfectamente, desde mujeres embarazadas a personas mayores. Estamos hablando de una actividad moderada, que te permitirá adaptarte a ella sin problemas, incluso si llevas mucho tiempo sin practicar deporte. Al final, irás mejorando a nivel corporal y mental. De cualquier forma, el monitor puede ofrecer a sus alumnos otro tipo de posiciones avanzadas.

Es importante seguir una serie de coreografías durante un tiempo prudencial para que los alumnos se empapen de ellas y puedan seguirlas a rajatabla. A partir de aquí, el experto podrá ir mejorando la técnica para que los usuarios vayan avanzando y aumenten el nivel de dificultad. Es fundamental no caer en la rutina, pues la motivación podría decaer.

Cómo funciona y qué necesitamos para practicarlo

Una misma clase se encuentra dividida en varias partes, cada una de ellas corresponde a un propósito concreto. Normalmente, el profesional empezará con un calentamiento general para que los músculos se preparen adecuadamente, evitando posibles lesiones. La idea es dotar a la clase de movimientos suaves y ejercicios de respiración para comenzar.

Se trabajarán piernas y posturas fundamentales del yoga. A partir de aquí se pueden realizar ejercicios al más puro estilo pilates para mejorar nuestro equilibrio, potenciar nuestros abdominales y reforzar ciertas zonas del cuerpo como los glúteos y los músculos de la espalda.

La última parte se basa en la relajación y la tranquilidad. La música es más pausada y los entrenadores hacen lo posible para que sus alumnos relajen cuerpo y mente al terminar la sesión.

Este tipo de ejercicio se practica descalzo, con prendas cómodas, ligeras y transpirables que faciliten el movimiento. También es adecuado contar con una botella de agua para recuperar los líquidos perdidos durante el entrenamiento.