Si bien es cierto que crudo o cocinado no es de los vegetales más versátiles, si apostamos por su versión en formato semillas entonces sí podremos gozar de todos sus beneficios de una forma original que conseguirá añadir innovación y un toque distinto a nuestras recetas que nos sacará de ...
Si bien es cierto que crudo o cocinado no es de los vegetales más versátiles, si apostamos por su versión en formato semillas entonces sí podremos gozar de todos sus beneficios de una forma original que conseguirá añadir innovación y un toque distinto a nuestras recetas que nos sacará de la rutina. ¡Querrás las semillas de apio!
Aunque no parezcan gran cosa, seguro que si pruebas las semillas de apio te sorprenderá su intensidad en aroma y sabor, que lograran darle un giro radical a cualquier comida. Pero ni eso ni su agradable textura, son los factores más sorprendentes, pues parece mentira que algo tan pequeño pueda aportarnos tantos beneficios.
Uno de los datos más destacables es que estas semillas son una importante fuente de fibra y minerales: una cucharada (que equivaldría a los 6 gramos de producto) equivale a 25,5 calorías de energía, 1,2 gramos de proteína y 0,8 gramos de fibra.
Además, esa pequeña cucharada ya nos aportaría el 11% de la cantidad diaria recomendada de calcio, el 16% del hierro que necesitamos en un día y un 25% del manganeso que deberíamos consumir a diario.
Hay edades donde es mejor cuidar los huesos, con calcio y otros alimentos que consiguen reforzarlos.
Todo eso y más convierte a las semillas de apio en un aliado clave por ejemplo en el cuidado de nuestros huesos, fortaleciéndolos y disminuyendo así el riesgo de lesiones como roturas o fracciones o en la cicatrización de las heridas.
Hay que tener en cuenta pero, que el tipo de hierro que nos aportan las semillas de apio es hierro no hemo, lo que significa que se absorbe peor que el hemo, pero igualmente nos ayuda a favorecer la producción de glóbulos rojos y a evitar el déficit de hierro, la aparición de anemia, de diabetes, y de fatiga, entre muchas otras afecciones.
Entre sus demás funciones, también encontramos el control saludable de los niveles de glucosa y la mejora de la respuesta de la insulina.
Llegados a este punto ¡lo importante es saber la mejor manera de consumirla para beneficiarnos de las increíbles propiedades antioxidantes (gracias a los polifenoles) de este alimento! esto quiere decir que también son buenas para cuidar nuestra piel con el fin de que esté más joven y radiante.
Por suerte, se trata de un producto muy versátil que podemos consumir al natural o incluso molido y lo podemos agregar en tés, ensaladas, platos de carne, sopas, guisos y estofados e incluso en masas de pan para aportarle a este un toque crujiente. En definitiva, funcionan como una especia más. ¿Te animas a probarlas?
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