Describir la "nueva normalidad" no resulta sencillo, pues las normas sociales han cambiado y afectan a nuestros viejos hábitos. Además, tenemos por delante un nuevo desafío: adaptarnos emocionalmente a un escenario indeseado en la mayoría de sus vertientes, a lo que se une una incertidumbre complicada de gestionar. Superado el primer ...
Describir la "nueva normalidad" no resulta sencillo, pues las normas sociales han cambiado y afectan a nuestros viejos hábitos. Además, tenemos por delante un nuevo desafío: adaptarnos emocionalmente a un escenario indeseado en la mayoría de sus vertientes, a lo que se une una incertidumbre complicada de gestionar.
Superado el primer momento, nos encontramos en una nueva etapa. Las emociones han dirigido nuestra vida y continuarán haciéndolo. Vamos a tener que asumir un amplio abanico de comportamientos relacionados con la percepción personal de la situación que hemos vivido. Y cada uno reacciona de una manera diferente.
Los expertos señalan que las emociones más frecuentes encontradas en la población analizada encontradas en este momento de "nueva normalidad" serían las expresadas como:
1-No tengo miedo Se consideran invulnerables y perciben que lo que sucede no va con ellos, por lo que han decidido vivir su vida sin pensar mucho en lo sucedido organizando fiestas sin distancia social, paseando sin mascarillas y poniendo en peligro a todos los demás. Manifiestan sentimientos positivos inadecuados (como la prepotencia o la excesiva confianza en uno mismo).
2-Estoy aterrado El extremo opuesto. No se atreven a hacer nada porque el miedo les paraliza. Muchos no han salido todavía de su casa y, cada vez que lo intentan, son incapaces de conseguirlo. Sufren agorafobia y ansiedad y necesitan un tratamiento específico. Es posible que hayan empezado sintiendo una emoción negativa sana como la preocupación, que se haya ido transformando en ansiedad.
3-No paro de limpiarme Aquí se sitúan quienes han convertido el gel hidroalcohólico en su mejor aliado. No paran de limpiarse y viven con temor (y evitan) cualquier situación que suponga un mínimo contacto con lo que está pretendidamente contaminado. Los especialistas consideran que pueden desarrollar un Trastorno Obsesivo Compulsivo que debe ser tratado.
4-Me siento muy triste Quienes se sienten desencantados con la nueva normalidad, corren el riesgo de padecer una depresión en caso de mantener esa sensación. La tristeza, la frustración o el malestar son emociones negativas adaptativas necesarias porque constituyen la manifestación de lo que sentimos. Esa tristeza es una emoción negativa, pero saludable, que puede acabar convirtiéndose en una insana depresión que genere una importante alteración en quien la padece.
5-Lo he vivido muy intensamente Quienes se han mantenido en primera línea durante la pandemia. Los más vulnerables a este nivel son los sanitarios que han convivido con los enfermos a diario y han tenido que compatibilizarlo con su vida familiar. Pueden padecer un Trastorno de estrés postraumático que debe ser tratado.
¿Y tú cómo te sientes?
Si la situación te sobrepasa, acude a tu médico y cuéntale lo que sucede. Es posible que te recomiende la visita a un psicólogo, lo que debes asumir con naturalidad y seguir sus recomendaciones. Lo importante es sentirse bien y adaptarse a la nueva etapa que a todos nos ha tocado vivir.
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