Yoga con silla de inversión, otra manera de ponerse en forma

Merce Rey  

Este banco fabricado en madera y con una superficie acolchada sirve para realizar ejercicios boca abajo, de forma que puedes impulsarte en él evitando lesiones y fortaleciendo tu cuerpo.

13/05/2021

El yoga es una disciplina que no deja de sorprendernos por la cantidad de usos que tiene, ya sea para tonificar el rostro (yoga facial), para ayudar a los más pequeños a mejorar su postura e inculcarle hábitos deportivos (yoga para niños), así como también en el caso de embarazadas, ...

El yoga es una disciplina que no deja de sorprendernos por la cantidad de usos que tiene, ya sea para tonificar el rostro (yoga facial), para ayudar a los más pequeños a mejorar su postura e inculcarle hábitos deportivos (yoga para niños), así como también en el caso de embarazadas, ya que además de relajar la musculatura y mejorar su flexibilidad las prepara para el gran día que está por llegar, el del parto (yoga para embarazadas). Lo mismo ocurre con las que teletrabajan, encontrando un equilibrio entre el cansancio mental y físico, pudiendo liberar tensiones y luchar contra el agarrotamiento (yoga para teletrabajo). Con la incorporación de accesorios como los bloques de espuma, los cojines, los soportes para rodillas y muñecas y los bancos de inversión lograrás añadir un plus a tus entrenamientos. Así, al apoyarte en ellos conseguirás cumplir tus objetivos, ganando en flexibilidad y equilibrio, colocándote correctamente y con los músculos relajados, sin tensiones.

Gracias a la silla de inversión ejecutarás todo tipo de figuras de forma sencilla y segura, sin miedo a hacerte daño, sobre todo en la columna vertebral, ya que el banco te ayudará a estar en una posición cómoda para trabajar tu cuerpo al tiempo que activas tu circulación y te sientes relajada. Lo primero que tienes para empezar a probarlo es colocar la cabeza dentro del agujero. Para que te sea más cómodo, colócate enfrente de él, agarra con las manos los laterales de la silla, mete la cabeza, coge impulso, eleva la pierna y luego la otra. Tendrás que hacerlo poco a poco, tal y como señalan en el vídeo de Carmina Yoga, que se inician en la técnica empleando una pared como soporte. Las rodillas estarán ligeramente flexionadas y los pies apoyados en la superficie. Ahora, aléjate de ella primero con un pie y luego con el otro, de modo que formes una figura recta con el cuerpo, apoyándote bien con las manos. Mantén en esa postura unos minutos.

Para volver a la posición inicial, desciende las piernas llevando los pies hacia el frente sin prisa, con el abdomen contraído y hasta que los pies toquen la colchoneta, retira tu cabeza de la silla caminando hacia atrás.

A medida que vayas cogiendo soltura y perdiendo el miedo a estar boca abajo sin perder el equilibrio, podrás ir probando nuevas posturas, como por ejemplo flexionar una pierna hacia delante y la otra hacia atrás, hacer la tijera desde la posición principal desplaza una de las piernas hacia delante y la otra hacia atrás pero sin flexionar, o simplemente abrir las piernas todo lo que puedas, tal y como proponen en el perfil de Josse Manuel Hernandez.

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