Los `wearables´, aquellos dispositivos con el objetivo de monitorizar determinados parámetros relacionados con la salud, se han convertido en una de las tecnologías en auge en la transformación digital del sistema de salud y el 81% de los usuarios que se familiarizan con esta tecnología están convencidos de que han ...
Los `wearables´, aquellos dispositivos con el objetivo de monitorizar determinados parámetros relacionados con la salud, se han convertido en una de las tecnologías en auge en la transformación digital del sistema de salud y el 81% de los usuarios que se familiarizan con esta tecnología están convencidos de que han mejorado su estado de salud y estilo de vida.
Tal y como resalta un informe que elabora Global Web Index sobre su uso en EEUU y Gran Bretaña, la variedad más utilizada es la de relojes inteligentes o smartwatches.
De este modo, el 66% de los propietarios de un wearable tiene un reloj. Le siguen las pulseras que centralizan la información de la actividad física, con un 41%.
Carme Carrion, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y responsable del ámbito de Diseño y Evaluación de Intervenciones en Salud Digital del eHealth Center de la misma universidad, resalta que hay que diferenciar claramente entre su uso como elementos facilitadores de un estilo de vida más saludable y su utilidad médica en personas que padecen una patología concreta.
El informe detalla que la principal motivación del uso de los dispositivos en los usuarios es controlar el total de pasos que realizan, por lo que un 66% de ellos lo usa bajo este concepto, seguido de las calorías quemadas (53%).
También son factores importantes el control de la temperatura corporal (35%), el latido cardiaco (35%) y monitorizar los patrones del sueño (34%).
Se están estudiando los valores que se obtienen a través de estos dispositivos, sobre todo en aspectos como el sudor, la temperatura, las pulsaciones o las emociones, pero estos datos deben contemplarse como coayudantes de un control o tratamiento médico, explica Carrión.
En cuanto a la diabetes, el hecho de poder monitorizar de forma continua la glucosa en sangre en pacientes que padecen diabetes tipo 1, mejora su calidad de vida de forma notable, señala la profesora de la UOC.
La especialista recalca que la recomendación del uso de los wearables por parte de los médicos puede favorecer a que los pacientes se familiaricen con él.
"Se han empezado a `recetar´ algunas apps, pero no de forma estandarizada, sino como iniciativas individuales, sobre todo de médicos con una actividad más orientada a la tecnología. También hay organizaciones y sociedades médicas que están apostando por estas soluciones, pero aún estamos lejos del nivel de implantación que tienen, por ejemplo, en algunos hospitales norteamericanos, en los que, de forma similar al servicio de farmacia hospitalaria, se dispone de un "dispensario" de apps a cargo de profesionales que orientan sobre el manejo de estas tecnologías previamente "prescritas" por el médico", explica.
Además de los relojes y los rastreadores de actividad, existen una gran variedad de productos tecnológicos enfocados a mejorar la salud del usuario. Por ejemplo, las gafas inteligentes, los controladores de gestos y los monitores de salud.
Además, cabe destacar que el mercado mundial de monitores de actividad y salud alcanzará los 5.000 millones de dólares en 2025.
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